AMLO "el súperhéroe"

Hoy tenía pensado escribir acerca del Mundial de Hockey Sobre Hielo que se realizó en Finlandia en mayo pasado, en el que tuve la oportunidad de ir a una semifinal y a una final, sin duda una de las mejores experiencias de mi vida.

Pero hoy, a semana y media que tuviéramos elecciones en México, los ánimos no están como para platicar acerca de hockey. Hoy hablaré sobre las elecciones. El tema ya está muy gastado, en las sobremesas, en las reuniones, en los taxis, en las redes sociales todo mundo habla de eso, que si hubo fraude, que si no, que si Soriana, que si AMLO está loco y es un necio, que Josefina se declaró perdedora muy pronto. Mi idea no es hablar más de lo mismo, quiero tocar un tema que me ha resultado bastante interesante y curioso, el hecho de poner a López Obrador en un altar y decir que es el caudillo que la nación necesita, el súperhéroe, quien nos va a sacar del subdesarrollo en el que estamos.

¿De verdad AMLO representa esto? Muchos amigos y conocidos en redes sociales lo defienden y lo califican como yo lo hice un par de línes más arriba. Según ellos, "él es la única persona capaz de sacar a México adelante, es el Juárez del siglo XXI, el Simón Bolívar mexicano". Si uno no está de acuerdo con ellos, y no comparte sus ideas, en seguida se convierte en un vendido, en alguien perteneciente a la mafia del poder, en alguien que está en contra de México. Yo dudo mucho que él represente todo esto, sobre todo después de escuchar algunas de sus propuestas:

1.- La propuesta de eliminar gradualmente las exportaciones de petróleo crudo, la parte más rentable de Pemex, e invertir en construir 5 refinerías de gasolina, la parte que pierde, es no entender como funciona la empresa ni la economía

2.- Revivir Luz y Fuerza del Centro y entregársela de nuevo a un sindicato corrupto como es el SME (incluido Martín Esparza) es darle la espalda a los mexicanos a cambio de apoyo político del sindicato.

Y peor aún, un "caudillo" no puede reclamar fraude en todas las elecciones que ha perdido, y en la única que ganó (Jefe del Gobierno del DF) no decir nada. El PRD volvió a ganar el DF este año, también Morelos y Tabasco, y en el Congreso hoy tiene más diputaciones que en el 2009, ¿y por qué ahí también no dice que hubo fraude? Esto me suena a una persona soberbia, necia, ególatra y enferma de poder.

¿Qué el PRI compró votos? Es algo que el PRI saber hacer perfectamente, desde los inicios del partido lo practican. Rosario Robles dijo que cuando era Jefa del Gobierno del DF, y AMLO estaba buscando ganar la elección para el mismo puesto, éste le pidió despensas para regalar a cambio del voto, ¿qué tal? ¿Por qué los defensores de López Obrador no dicen esto?

En estas elecciones, López Obrador apoyó a Manuel Bartlett (culpable del fraude de 1988) a una senaduría por Puebla, quien también está diciendo que hubo fraude en su contra, ja ja,. ¿Y ya se les olvidó el caso de Bejarano, colaborador cercano de AMLO, embolsándose fajos de billetes? ¿Y el Secretario de Finanzas durante su gobierno en el DF, que se la pasaba en Las Vegas con dinero de los contribuyentes?

Y para aquellos que digan que El Universal ya tenía preparada la portada del 2 de julio que decía Peña Nieto ganador, la portada del diario de ese día es totalmente diferente.

La elección no se puede anular, la ley establece que habiendo compra de votos, el partido perdería su registro, pero la decisión de la elección se mantiene. Así que ni se hagan ilusiones.

Yo era uno de los que no quería al PRI de regreso, me enferma el hecho de pensar en el México de los gobiernos priistas (corrupción, crisis, falta de libertad de expresión, inflaciones estratósfericas),  pero después de que AMLO nos ha enseñado como es como persona, prefiero al PRI. Si AMLO cree que siempre tiene la razón, ¿quién no les asegura que se iba a hacer lo que él dijera, sin importar la opinión de su gabinete?

Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Si México escogió a un presidente que no puede mencionar bien 3 libros y que quiere que su vida sea una telenovela, es porque lo merecemos. No queda más que exigirle a Peña Nieto los compromisos que con bombo y platillo prometió y firmó.

Al tiempo.