jueves, 21 de junio de 2012

Reflexiones de Finlandia

Todos los ciclos, nos guste o no, llegan a su fin. Eso me paso con Finlandia. La semana pasada, sin muchas ganas, regresé a México. En Finlandia llevaba una vida de estudiante (comía en la universidad porque era más barato, llevaba una vida más austera, tenía pocos lujos) y aún así, el estilo de vida que llevaba era altísimo. (Sin problemas, puedo decir que Finlandia está 100 años adelante de Latinoamérica)

Sin muchas ganas empaqué y me fui al aeropuerto, cuando el avión despegó, no pude aguantarme, empecé a llorar. En ese momento, dejaba atrás los mejores 5 meses de mi vida. Como el viaje fue largo (más de 20 horas, tomar 3 aviones, y quedarme un día en Nueva York, tuve tiempo de casi todas las aventuras que viví en Finlandia, pero sobre todo, ponerme a pensar sobre que era lo que venía, regresar a México.

Según varias páginas que consulté, Finlandia está dentro de los 10 mejores del mundo para vivir, México entre el 50 y 60, iba a pasar a vivir del verdadero primer mundo (el cual está en los países nórdicos, Noruega, Suecia, Finlandia), donde no hay clases sociales, a un país emergente, y eso no me hacía mucha gracia. Indudablemente, las comparaciones empiezan a surgir en la cabeza.

En las elecciones de julio próximo, ¿por qué tenemos que votar por el menos peor? ¿De verdad es esto lo que nos merecemos los mexicanos? En Finlandia hubo elecciones en febrero pasado, e inmediatamente uno se da cuenta de las diferencias. No hubo debates bananeros, donde los candidatos sólo se agreden y casi ninguno de propuestas. Los candidatos respetaron el resultado de la elección, y lo que más me sorprendió, el candidato que quedó en segundo lugar es gay, y lo dice abiertamente. ¿En qué país del mundo, un homosexual aspira a ser presidente y se queda a nada de ganar la elección?

En Finlandia existe y se aplica el concepto de ciudadano. La gente del vecindario donde vivía, se juntaba cada 2 meses para limpiar y recoger basura de parques y calles, y cuando terminaban, organizaban una carne asada.

Y bueno, aterrizar en el DF, es deprimente. Cuando el avión va bajando, de inmediato se ve la mancha urbana, los extranjeros que venían en el mismo vuelo estaban sorprendidos, se alcanza a notar una capa de smog y al bajar del avión, la ciudad huele mal.

Del tráfico ni les platico, y llegar a Toluca y ver la ciudad llena de baches de verdad que da pena.

Si México está dentro de las 10 economías más grandes del mundo, en el 2020 será la séptima, y el peso mexicano es la 3er moneda más cotizada en el mundo, ¿qué nos está pasando? ¿Por qué nos tenemos que conformar con el país que tenemos?

Meditando y comparando las cosas, me di cuenta que hay algunas que es imposible copiar aquí en México, pero hay otras que bien podríamos hacerlo. Me he propuesto tener los mismos hábitos que llevaba en Finlandia (no tirar basura en las calles, no dar mordidas a policías y funcionarios públicos, ser honesto, no tratar de sacar ventaja de las situaciones),sólo así el país, o mínimo el entorno en el que me muevo podrá empezar a cambiar.

En fin, espero pronto regresar a Finlandia, el cual considero mi segundo país y a Helsinki, la cual es mi casa, en lo que sucede eso, no queda más que seguir tratando de cambiar este país.

Ya que estoy en México, trataré de escribir más seguido, por cuestiones de viajes, examenes, escuela y demás cosas no lo había podido hacer, pero ahora que hay más tiempo lo empezaré a hacer, hay muchísimas aventuras por contar.