lunes, 16 de abril de 2012

México vs Finlandia: igualdad y honestidad

Hace mes y medio que no paso por aquí, la escuela, la búsqueda de trabajo y algunos viajes que he hecho me han tenido muy ocupado. Si no pasa nada extraordinario, esta aventura se termina pronto, en 2 meses exactamente estaré de regreso en México, en lo que llega esa fecha, me he propuesto escribir más seguido en este blog, y es que la verdad, hay mucho que contar.

Finlandia es un país que cada día me sorprende más, y la semana pasada estuve en Suecia, Latvia y Lituania, así que hay mucho material para este blog, pero antes, escribiré sobre la igualdad social y la honestidad que existe en este país, cosas que creo, han llevado a este país al primer mundo en tan poco tiempo.

El hombre más rico del mundo es mexicano, y a la vez 60 millones de mexicanos viven en condiciones de pobreza. Mientras un municipio como San Pedro Garza García, ubicado en la zona metropolitana de Monterrey, es uno de los municipios más desarrollados en todo el continente americano y tiene niveles de vida comparables con algunas ciudades europeas, hay municipios como Cochoapa El Grande en Guerrero (donde 76% de la población es analfabeta, 94% no tiene drenaje ni sanitario, y 60% de las casas no tienen energía eléctrica) con estándares de vida similares a África (http://www.eluniversal.com.mx/nacion/144198.html). Sin duda, México es un país de contrastes.

En Finlandia las clases sociales prácticamente no existen. No hay escuelas privadas, y todos los finlandeses tienen las mismas oportunidades. El hijo del empresario más rico en Finlandia, va a la misma universidad que el obrero peor pagado de aquí. Claro que aquí hay algunos vecindarios más ricos que otros, donde se ve que hay más flujo de dinero, pero la zona más pobre de Finlandia, que es donde viven los refugiados africanos y los finlandeses desempleados, no tiene nada que envidiarle a cualquier ciudad latinoamericana. Cuenta con todos los servicios, agua, luz, transporte, vías de comunicación, seguridad, etc.

Ahora, la honestidad. En Latinoamérica en general, es muy común escuchar y usar las palabras robo, corrupción, desvío de fondos, impunidad, etc. Basta con recordar cuánto se robó Humberto Moreira durante su sexenio en Coahuila ($35 mil millones), cuánto se robó Montiel, y cuánto se llevó Salinas de Gortari en la partida secreta.Y lo peor, a ninguno lo persigue la ley. Pero el problema no sólo es con los políticos, la cuestión de robos la vivimos día a día en las calles.

Los finlandeses son incorruptibles y las personas más honestas que he conocido. Puedes dejar tu cartera en la mesa de un restaurant mientras vas al baño, y cuando regreses, va a estar ahí. A la entrada de mi universidad, hay un lugar para dejar chamarras, sacos, etc., la gente los deja con la seguridad de que nadie más los va a tomar. Alrededor de toda la ciudad, hay oficinas llamadas Lost & Found, si perdiste algo en un lugar público, vas ahí y la probabilidad de que lo encuentres es del 90%. La segunda semana que llegué aquí, una amiga mexicana perdió su cámara en el centro de Helsinki, al día siguiente fue a una de estas oficinas, y la cámara ahí estaba. ¿En qué país del mundo se ve esto? Creo que sólo aquí, en Australia, Suiza, y los países escandinavos.

En algunas pláticas que he tenido con mexicanos que viven aquí, hemos llegado a la conclusión de que México es un país muchísimo más rico que éste, pero la riqueza está mal distribuida, en México hay muchísimo más dinero, pero también hay más corrupción.

Todo es cuestión de educación.